Abstract
Hoy en día, los etnólogos son confrontados a medios culturalesque no sólo han sido transformados sino, y sobre todo, se han vueltocompuestos. En el presente, el terreno desafía las leyes de la homogeneidadcultural, pues los individuos que el etnógrafo encontrará serán seres quehabrán vivido una multitud de experiencias en entornos que ya no dependennecesariamente de su universo social de pertenencia. Esta constatación implicala necesidad de construir herramientas de comprensión de la realidadcada vez más diversas. La experiencia del terreno está sujeta, entonces, a unconjunto de competencias que el etnógrafo debe adquirir, y cuyos principiosdependen de diferentes entornos en los que él habrá sido «proyectado». Esteartículo da testimonio de un trabajo de análisis reflexivo resultante de unterreno, y fue llevado a cabo al interior de la sociedad de los Cris de BaieJames, en las regiones septentrionales de la provincia del Quebec en Canadá.El terreno y las competencias que éste implica por parte del etnógrafopara introducirse en la vida cotidiana de una de las familias de este grupo,son pensados siguiendo tres entidades espaciales que estos últimos viven enlo cotidiano, que son los campamentos de caza, el pueblo, la región, unapartición espacial que resulta de una puesta en marcha de la sociedad comoconsecuencia de la industrialización de su territorio ancestral.
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