Resumo
El fenómeno migratorio ha impactado fuertemente a Chile en los últimos años, siendo la comunidad haitiana una de las poblaciones inmigrantes de mayor crecimiento. Las familias haitianas que llegan al país no sólo deben enfrentarse a nuevas costumbres y estilos de vida, sino también deben franquear la barrera idiomática. Su situación laboral y de vida es precaria, lo que podría explicar una mayor prevalencia de malnutrición en niños y niñas. Como una forma de contribuir a mejorar la calidad de su alimentación, y en
el marco de la adjudicación de fondos de extensión de la Facultad, se llevó a cabo un programa de integración culinaria entre preparaciones habituales de Chile y Haití. Este programa se desarrolló en conjunto con mujeres haitianas residentes en la comuna Pedro Aguirre Cerda de Santiago, iniciando con un diagnóstico participativo que permitió adecuar la planificación del proyecto. Luego se llevaron a cabo los talleres de cocina propiamente tal, donde se elaboraron en conjunto preparaciones típicas y/o habituales de Haití y de Chile, aprovechando dicha instancia para resaltar los beneficios nutricionales de los alimentos, además de promover técnicas culinarias saludables, medidas de prevención de riesgos y de higiene en la manipulación de alimentos. Finalmente, un subgrupo de mujeres haitianas participó en la creación de platos “fusión”, mezcla de un plato haitiano y otro chileno, manteniendo lo mejor de cada uno de acuerdo con aspectos nutricionales, organolépticos y culturales. Las recetas resultantes fueron plasmadas en un recetario, escrito en español y creole y en videos con el paso a paso para su preparación. Se espera que estos nuevos platos sean adoptados por las familias haitianas al coexistir elementos de su propia cultura gastronómica, matizados con alimentos, técnicas y formas de preparación chilenas, siendo atractivos, nutritivos y con pertinencia cultural.
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