Resumo
En el año 2010 Chile entró en la OCDE, el club de los países desarrollados, confirmando el gran éxito económico del país. Varios rankings internacionales mostraban a Chile como una de las economías más sólidas de la región, con un ingreso per cápita sobresaliente en América Latina, con una inflación controlada. El modelo chileno parecía haber llevado prosperidad a sus ciudadanos. Sin embargo, el día 18 de octubre de 2019 todo cambió. Repentinamente surgieron manifestaciones masivas, saqueos e incendios, terminando con la declaración de estado de emergencia, una situación que no se veía desde hace tres décadas. Aunque existe cierto consenso de que las causas de esta crisis radican en la gran desigualdad que aún existe en el país, la hipótesis convencional se centra en la desigualdad material (desigualdad de ingresos). En este artículo revisamos esta hipótesis, y analizamos la posibilidad de que en realidad el origen se encuentre en la desigualdad formal (de trato), es decir, en la corrupción y en la existencia de enormes privilegios para algunos en desmedro de otros.
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