Abstract
Se analiza en este artículo la manera en que el manejo de las áreas protegidas establecidas en territorios indígenas se ve influenciado e incluso determinado por las dinámicas socio-políticas propias de las comunidades locales. A través del caso de la Reserva Nacional Alto Bío-Bío en Chile, se demuestra que, si bien la relación que une los pueblos indígenas a las áreas protegidas resulta ser indudablemente “conflictual”, el conflicto no solamente se da entre los indígenas y el Estado o entre los indígenas y sus vecinos no indígenas, sino también entre las propias comunidades indígenas. Se propone avanzar así en la comprensión del conflicto y sus funciones, destacando que, por un lado, el conflicto permite visualizar las tensiones existentes en torno al acceso y/o apropiación de determinados espacios, pero que, por el otro, actúa como una suerte de catalizador que redefine las relaciones de poder entre los actores en presencia, (re)posicionándolos social y políticamente y (re)distribuyéndolos espacialmente. Este proceso es analizado en la perspectiva de una “geografía
del conflicto”, enfoque a través del cual se aborda y considera la experiencia de las comunidades pewenches aledañas a la Reserva Nacional Alto Bío-Bío, cuyas movilizaciones resultaron en una nueva cartografía de los actores en
presencia y sus respectivos espacios. Finalmente, se concluye planteando que el conflicto cumple una función de producción y resiliencia del entramado territorial pewenche.
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